Elaboración de una filmina

Recientemente al buscar entre mis tesoros encontré una caja en la que se podía leer «elaboración de una filmina», me hizo pensar en lo fácil que es hacer actualmente una presentación en Powerpoint o en otros programas y aplicaciones, sin embargo, antes de la aparición de las herramientas digitales que ahora nos son de tanta ayuda, las presentaciones eran elaboradas casi manualmente. El producto final era una serie de transparencias, diapositivas o filminas, realizadas con un proceso foto-químico, las cuales se usaban de con fines didácticos, para las empresas y las escuelas o para verlas en familia. Imagínate ver las vacaciones familiares en uno de estos aparatos.

Entonces no sacabas simplemente tu celular y ya, sino que tenías que mandar a revelar los rollos (películas) con los que habrías tomado las fotos, luego, los trabajadores de una tienda o laboratorio fotográfico de entonces (primera mitad del siglo pasado) realizarían todo el proceso de revelado en su cuarto oscuro, después de una serie de procesos, las colocarían en marcos, que finalmente te entregarían para tu entretenimiento.

Sí, ahora lo tenemos todo al alcance de la mano, pero los procesos antiguos también eran bastante interesantes, se podía tener un mayor contacto con los materiales y el proceso requería de conocimientos básicos de física y química.

Me sorprendió mucho ver en algunas imágenes el complejo proceso de elaboración de una filmina; se puede ver un típico laboratorio de los años cuarenta (según mis cálculos) en los que se tenía que revelar las fotografías, con aquella luz roja, el reloj con el que se cuentan los diferentes baños (revelador, fijador, agua). La verdad es que todos los procesos manuales me parecen muy originales, por eso me gusta tanto la fotografía análoga. Tiene algo extra que una foto digital tan instantánea no tiene.

Quizá llegaste a ver algún viejo proyector, que era un aparato que contenía un carrusel o rueda con algunos espacios en los que se acomodaban todas las transparencias, luego, la máquina iba corriendo una a una proyectando en la pared.

Si aún conservas álbumes familiares en este formato y no cuentas con un antiguo proyector, todavía es posible conseguir uno reciente, ya que hay varias marcas que han lanzado proyectores con un aspecto retro, pero totalmente nuevos, también hay varias máquinas que permiten digitalizar las filminas y las películas «super 8» y demás formatos.

También es interesante ver los atuendos de entonces, las máquinas de escribir (también muy bonitas) . El equipo que se requería como: tripié, luces, luxómetro. etc. Cuando se rescata las viejas transparencias almacenadas, se produce como un viaje al pasado en el que es posible hablar con gente de otro momento histórico, todo lo que en ellas aparece es un signo que revela la vida de los retratados. A veces no es muy claro en que año fueron realizadas. Yo me divierto indagando en los detalles y así me aproximo a las fechas.

Finalmente les quiero adelantar que seguiré subiendo en mis próximas entradas otras filminas de la Ciudad de México y otros países en los sesenta que están increíbles.

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